Somos aceite Castell de la costurera

Situados en Balones, vigía privilegiado del Valle del Seta de la Montaña de Alicante

NuestrAS TIERRAS

EL TERRITORIO

El Valle del Seta en la  Montaña de Alicante debe su nombre al rio Seta que lo atraviesa de norte a sur, está rodeado por la Sierra de Almudaina al norte, la Sierra de Alfaro al este y por la Serrella al sur, quedando más abierto hacia el oeste.

Compuesto por siete pueblos (Balones, Benimassot, Tollos, Fageca, Famorca, Cuatretondeta y Gorga) tiene la densidad de población más baja de la provincia de Alicante.

Su sistema económico esta basado en la agricultura de secano de montaña con el olivo y el almendro como cultivos principales y también frutales como el cerezo, con identificación geográfica protegida o el melocotonero.

La finca de Castell de la Costurera está en el pueblo de Balones, situado en la ladera meridional de la Sierra de Almudaina. 

La altitud  entre 600 y 800 metros, su proximidad al mar mediterráneo con un clima  continental templado,  una pluviosidad en torno a los 600mm, el elevado número de horas de sol por su perfecta orientación  y el cultivo de secano en terrazas de piedra en seco con predominio de tierras arcillosas,  consiguen que sus frutas y aceites destaquen por su excelente calidad.

El olivo es sin duda el cultivo más arraigado, lo atestiguan la gran cantidad de ejemplares milenarios y centenarios que por todo el valle encontramos. Predominan las variedades autóctonas Mansçanella y Blanqueta y en menor medida la Alfafara, Beniaia. Grossal i Cuquello.

Debido a estas variedades autóctonas, al cultivo de secano y a las particularidades agroclimáticas mencionadas el aceite de oliva virgen extra que se obtiene posee unas características organolépticas diferenciadas y únicas, destacando su carácter saludable por la gran cantidad de polifenoles que contiene.

LOS OLIVOS MILENARIOS

Los olivos milenarios son con seguridad el más valioso patrimonio natural que podemos encontrar en estas tierras. Son árboles monumentales que han sobrevivido al paso de los siglos, conviviendo con las distintas culturas que han poblado los valles de la montaña alicantina. Todos han comido sus aceitunas, su aceite lo han utilizado fundamentalmente como alimento, pero también para ungir y coronar a reyes, para dar luz en la noche, para aliviar dolencias, para curas y cuidados de la piel; sus hojas para tisanas y su leña para cocinar y calentar el hogar. No existe ningún ser vivo al que hayan acariciado tantas manos, ni del que se pueda obtener tantos beneficios.

Cuando conoces sus secretos y te detienes a contemplar la belleza de sus retorcidos troncos, si te atreves a soñar, puedes trasladarte a otras épocas, imaginar las historias que han podido pasar a su sombra.

¿Qué crees que te contarían cada una de las personas que lo ha cuidado?

Imagínate qué experiencia